
Es raro lo que estamos viendo: la gente se queja mucho por la inflación y la suba de tasas de interés, y la prensa lo refleja ampliamente con un tono tremendista. Pero los créditos, considerando la tasa real de inflación, no están altos. Dependiendo de cómo se haga la cuenta y del tipo de créditos, pueden ser incluso negativos.
Claro que el aumento de muchas cosas fue muy superior a la inflación general y muchos salarios no han aumentado tan rápidamente, lo cual dispara las quejas. Pero a la hora de evaluar inversiones inmobiliarias de modo profesional, hay que guiarse por información objetiva y no por las impresiones expresadas por los medios.
Es evidente que para financiar una adquisición, la tasa subió. Pero es cierto también que no se está viendo que ello haya generado (al menos hasta ahora) un efecto “desesperación” por desprenderse de los activos en condiciones de distress.
Claro que el nuevo contexto es reciente y quizás sea prematuro sacar conclusiones. Pero creo que los dueños de las propiedades están pensando que, si bien la tasa de interés nominalmente es muy alta, en términos reales no lo es tanto y podrán sobrevivir a este escenario adverso sin grandes pérdidas.
Veremos cómo sigue esta historia en los próximos meses. Por ahora, a los buscadores de distress les está constando encontrar deals, al menos en Miami.